El
Servicios Técnicos de NIDERA, informó sobre la insuficiencia del cinc en nuestro
país y como se puede lograr recuperarlo. El encargado de este sector, Marcelo
E. Palese, comentó que: “El cinc es un reconocido micro-nutriente de
trascendencia en alimentación superior. Su importancia como un
mineral-nutriente en los cultivos reside en la ayuda que le otorga, por un lado
a la síntesis de proteína, por el otro a la fotosíntesis2.
Sobre
la insuficiencia explicó: “Las auditorías de las últimas dos décadas en
el 80% de los suelos de las provincias de Santa Fe sur, Buenos Aires norte y
oeste, y sectores confinados de Entre Ríos, indican que los niveles de
cinc como mínimo son un 50% menores que en algunos de los suelos del mismo
campo que jamás fueron destinados a agricultura. Una de las causas de la merma
es la tendencia de aumentos de rendimiento para el cultivo de maíz de las
últimas campañas que marcan sin dudas la necesidad de re-chequear los
diagnósticos de necesidades nutritivas, ya que usualmente se limitan al de
nitrógeno, fósforo, azufre y más restringido para potasio. Otra de las causas
puede ser por una hiper-nutrición fosfórica, anoxia inter-coloidal, fijación
del cinc a las arcillas, o formación de hidróxidos insolubles entre otras”.
Acerca
de los síntomas reveló que: “En el cultivo de maíz, la sintomatología inicial
es en las hojas nuevas, y su carencia es conocida como “yemas blancas”.
Asimismo, las hojas presentan bandas amarillentas paralelas a la nervadura
central”. Además agregó:“El avance en la sensibilidad de la aparatología de
laboratorio permite realizar diagnósticos prematuros en hojas para conformar
una matriz de corrección entre nutrientes de lectura baja –sea en ppm. o ppb-.;
que dará mayor certeza del rango crítico y la relación con el índice que arrojó
en suelo”.
Palese,
para cerrar con este tema, explicó la manera más apta para la sustentabilidad de
este minerar-nutriente: “Para sostener el nivel y/o incrementarlo es necesario
acudir al aporte por medio de fertilizantes y los tratamientos variarán según
sea preventivo, correctivo o complementario”.
Las
vías de aplicación a suelo pueden ser:
*Cobertura
total –de 15 a20 kg/ha- logrando una residualidad de al menos tres campañas
elevando así la tasa de disponibilidad, para luego realizar un aporte de menor
cuantía en la línea junto al fosfato, o sulfato.
*Otra
fuente puede ir junto a la siembra –de 3-5 kg/ha - con el fósforo en cualquiera
de su constitución por la flexibilidad en la compatibilidad de las mezclas,
entre ellas las Pampero.
*La
complementación por suelo puede ser al estado de ocho hojas con bajadas para
aportar nitrógeno como Labrador N al que se le adiciona cinc para que cubra la
demanda hasta pre-floración.
*La
complementación foliar puede ser en estado vegetativo cuando alcance las
6 (seis) hojas y en pre-floración, las dosis varían según sean sales o
materiales complejos
*En suelos de perfil complejo y donde no se podrá
bajar la tasa de aporte de fósforo, es factible una práctica más contemporánea
que es la de revestir la semilla, llamándola nutrición seminal. Cualquiera de
las vías de aplicación pueden marcar diferencias de rinde entre el 8% y 15%
versus las no aplicadas. Debe considerarse según el híbrido, “el genoma
nutricional”, ya que algunos poseen una avidez superior por el elemento cinc,
situación similar para las líneas en su constitución”.